Mi ruta de crecimiento docente

Mi ruta de crecimiento personal como docente

Pablo Partida Gómez

Reconociendo que el propósito de toda educación cristiana es «el desarrollo armonioso de las facultades físicas, mentales y espirituales»[1], es mi deber trazar una ruta de crecimiento personal como docente. Es mediante el continuo crecimiento nuestras facultades físicas, mentales y espirituales que como maestros podremos crecer y ser más eficientes y efectivos en nuestro ministerio de enseñanza. De ahí la importancia de que todo docente trace una ruta de crecimiento:

Con la salud física y la rectitud de carácter deberían combinarse amplios conocimientos intelectuales. Cuanto más conocimiento verdadero posea el maestro, mejor hará su trabajo. El aula no es lugar para hacer una obra superficial. Ningún maestro que se satisfaga con un conocimiento superficial alcanzará un grado elevado de eficiencia.2

Pero la utilidad del maestro no depende tanto de la cantidad de conocimientos e información acumulados por sus estudios académicos. El verdadero maestro no está satisfecho con una mente perezosa o una memoria inactiva. «Trata constantemente de progresar más y aplicar mejores métodos. Su vida es de continuo desarrollo. En la obra de semejante maestro hay una frescura y un poder vivificante que despierta e inspira a los alumnos».3

De manera que mediante este ensayo y en base a las lecturas y reflexiones del libro Los Fundamentos de la educación cristiana me propongo a trazar mi propia ruta de crecimiento personal como docente de la Facultad de Teología. Esta ruta está conformada mediante tres ejes fundamentales.

1. Mi crecimiento como pastor espiritual de mis alumnos. Mi propósito en este eje no solo es impartir enseñanza sino establecer un vínculo empático con mis alumnos al fungir como mentor, consejero, y pastor en su vida. Por lo tanto, considero que los momentos de convivencia social, las horas de asesoría y las entrevistas personales son momentos muy importantes para establecer estos vínculos con mis alumnos. Para alcanzar este objetivo es importante que tome cursos y lecturas que me ayuden a entender la psicología de la mente humana, la vida de los jóvenes y sus problemas personales. Es necesario que conozca las luchas y conflictos que hoy los jóvenes enfrentan y mantener un entrenamiento continuo que me habilite a ser un buen consejero bíblico, esto último lo puedo obtener mediante el estudio de cursos en línea que me capaciten en la consejería bíblica.

2. Mi estilo de vida y mi crecimiento intelectual. Como profesor soy consciente que mantener un equilibrio entre mi área profesional y mi vida familiar, así como el cuidado de mi estilo de vida son un gran desafío. Los más difícil para un maestro que ingresa a la vida universitaria es tratar de entender la dinámica del ejercicio docente que se desarrolla en dicha institución. Por un lado, se nos dice que debemos cuidar nuestra salud, prepararnos para impartir correctamente las materias a los alumnos, fomentar la investigación y al mismo tiempo ser investigadores, pero al mismo tiempo las directrices que se emiten de la dirección sobrecargan al maestro con otras actividades extracurriculares que le impiden el tiempo para concretar de forma más efectiva su trabajo. Por ejemplo, para escribir se necesita tiempo, pero muchas veces no hay ni tiempo, ni espacios durante el semestre, en muchas ocasiones para hacer una investigación académica o escribir a algún proyecto literario se tiene que reservar las vacaciones. Sin embargo, eso implica algunos sacrificios: reducir tiempo que se le dedica a la familia y al descanso. No obstante, dentro de mi esfera muy limitada por la diversas ocupaciones que poseo como profesor, mi meta a corto y mediano plazo es darme una tiempo de cultivar el hábito del ejercicio físico y poner más atención a mi alimentación, así como tratar hasta donde el tiempo lo permita estar actualizado en las materias que imparto mediante la adquisición de nuevas bibliografías y diversas lecturas, así como la asistencia a cursos de capacitación que nos enseñen a ser más eficientes en nuestro trabajo. Como parte de este eje, una de mis metas a largo plazo es terminar el PhD en Nuevo Testamento en el SETAI, Puerto Rico.

3. Mi crecimiento en mis relaciones saludables. La tarea de un maestro cristiano no solo se limita a la impartición de conocimientos, implica también crear puentes de comunicación mediante el establecimiento de relaciones saludables entre sus alumnos. Este trabajo suele ser complejo y presenta un gran desafío sobre todo cuando los alumnos que conforman la clase tienen problemáticas personales, las cuales se ven reflejadas en su personalidad conflictiva, agresiva o intolerante, así como en su lento aprendizaje. Muchos de sus problemas tienen su origen en su propia familia. Es imperativo que como maestro cultive, desarrolle y adquiera habilidades sociales que me ayuden a trata con diversos tipos de personalidad a fin de ser asertivo en mi trato con alumnos difíciles. Esto implica adquirir una mejor comprensión de los diversos tipos de aprendizajes, un entrenamiento de habilidades sociales y en algunos casos aplicarme una autoevaluación psicológica para conocer mis puntos fuertes y débiles como maestro a fin de trabajar de forma eficiente en el trato con mis alumnos.

Tener una mente equilibrada, ser un auténtico cristiano y un fiel mayordomo son cualidades indispensables que como maestro debo desarrollar para emprender la ruta de mi crecimiento personal y es mi deseo y compromiso lograrlo con la ayuda de Dios.

[1] Elena White, La educación (Buenos Aires, Argentina: Asociación Asociación Casa Editora Sudamericana, 2013), 13. 2 Elena White, La educación (Buenos Aires, Argentina: Asociación Asociación Casa Editora Sudamericana, 2013), 278. 3 Ibíd, 278.